Desde las primeras décadas de 1900, el cannabis fue condenado y tal cómo relatamos en nuestro artículo anterior sobre la historia de su prohibición, las razones estaban relacionadas con intereses económicos y políticos más que con su discutible peligrosidad para el uso humano.
Afortunadamente hoy podemos decir que estamos viviendo en un periodo de renacimiento del cannabis, pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Te lo explicamos en este artículo.
Primeros pasos hacia la legalización
En 1961 las Naciones Unidas firmaron la “Convención Única de Estupefacientes” y se consiguió la abolición del cannabis casi a nivel mundial, nadie podía imaginar que justo en este momento histórico, apenas 2 años después del tratado, un equipo de científicos capitaneados por el profesor Raphael Mechoulam descubría la estructura química del cannabidiol (CBD) y un año más tarde aislaría el tetrahidrocannabinol (THC).
Estaban llegando los años ’70 un periodo de fuertes contradicciones y ganas de libertad, a pesar de las restricciones y los esfuerzos políticos entre los jóvenes el consumo de cannabis estaba muy normalizado, empezaba el movimiento hippie y tanto en EEUU como en Europa nacieron los primero cultivos y los primeros negocios dedicados a la venta de parafernalia para el fumador de cannabis.
Los marcos jurídicos de varios países del mundo se fueron adaptando y en muchas ocasiones hemos podido asistir a una política de tolerancia hacia el uso personal y la posesión del cannabis, probablemente con la intención de enfocar los esfuerzos y los recursos en otras drogas como la heroína, que en aquel entonces se estaba expandiendo de manera viral provocando muertes y problemas sociales.
Un buen ejemplo de flexibilidad y tolerancia fueron los “coffee shops” que empezaron a proliferar en los años 70 en Países Bajos, donde las drogas consideradas “blandas” pasan a estar “toleradas”, es decir, salvo falta grave el gobierno permite su consumo. Los “coffee shops” son bares donde los clientes pueden comprar y consumir cannabis bajo algunas normas, por ejemplo no son accesibles a los menores de edad y está prohibido consumir alcohol.
En España, en el 1974 el Tribunal Supremos dictaminó que el consumo de drogas y la posesión no constituyen delitos penales y de consecuencia varias reformas jurídicas incorporaron la misma flexibilidad que se prevé para el consumo de cannabis, al cultivo (para uso personal).
Esta flexibilidad ha sido un terreno fértil para el desarrollo de los “Clubes Sociales de Cannabis”, en los que se cultiva cannabis para uso personal de forma colectiva, un modelo cooperativo que comenzó oficialmente en Barcelona en 1993 con la “Asociación Ramón Santos de Estudio Sobre el Cannabis” (ARSEC).
El modelo español ha sido de inspiración para otros países cómo Uruguay, donde gracias a la ley aprobada en 2013 se permite el funcionamiento de clubes hasta 45 socios. Esta misma ley convirtió Uruguay en el el primer país del mundo en legalizar la marihuana para fines lúdicos y medicinales.
A partir de aquí varios países como Colorado, Argentina, Chile o California se sumaron a la legalización del cannabis (en algunos casos solo para fines medicinales). Merece la pena destacar que hoy en Estados Unidos quedan pocos países a no haber dado el paso hacia la legalización: solo en Idaho y Nebraska sigue siendo ilegal.
La legalización del cannabis en Europa
Un hecho muy importante que ha servido de trampolín a Europa para empezar a legalizar y a crear nuevos mercados ha sido sin duda la reclasificación del cannabis por parte de la “Comisión Europea de Estupefacientes”.
El 3 de diciembre de 2020 el cannabis se retiró de la lista IV de la Convención de 1961 (la lista que contiene las drogas más peligrosas, cómo los opiáceos) por mantenerla en la lista I. Por fin se reconocen sus propiedades terapéuticas y se aprueba el uso para fines medicinales, aunque no deja de ser considerada una droga.
Hoy en día estamos asistiendo a un gran cambio en Europa, muchos países están poniendo en marcha reformas para integrarla en el sistema publico de salud y algunos ya han dado el paso para legalizar el uso recreativo cómo es el caso de Malta que legalizó en 2021, Suiza que ha creado un proyecto piloto para la venta de cannabis para uso adulto o Alemania que tiene todo preparado para el 2024.
Finalmente con la legalización se reconoce su importancia y se permitirán más investigaciones científicas para que podamos disfrutar de sus beneficios, además la creación de nuevos mercados traerá consigo numerosos puestos de trabajo en una industria con un futuro decididamente verde.